sábado, 4 de mayo de 2013

DECÁLOGO DE MARÍA MONTESSORI

1. Jamás toques al niño, a menos que seas invitado por él (de alguna u otra forma).
2. Nunca hables mal de nadie, esté o no presente.
3. Concéntrate en reforzar y apoyar el desarrollo de aquello que es bueno en el niño, para que ocupe cada vez más lugar y no permita espacio para lo malo.
4. Estemos siempre activos a preparar el ambiente. Cuidémoslo constante y meticulosamente. Ayudemos al niño a establecer una relación constructiva con él. Asigna el lugar y el espacio apropiados, donde los medios para el desarrollo se cuidan y se respetan.
5. Siempre debes estar disponible y atenta al llamado del niño que te necesita. Siempre escucha y responde al niño que apela a tí.
6. Respeta al niño que comete un error y que puede corregirse entonces o posteriormente; pero contén firme e inmediatamente cualquier mal uso del ambiente y toda a acción que pone en peligro al niño, a su desarrollo o a otros.
7. Respeta al niño que descansa observando el trabajo de otros, o que pondera acerca de lo que ha hecho o considera hacer. Ni lo convoques ni lo obligues a otra forma de actividad.
8. Ayuda a quienes están buscando una actividad y no pueden encontrarla.
9. Sé incansable repitiendo presentaciones al niño que las ha rehusado anteriormente, ayudándolo a adquirir aquello que todavía no ha hecho suyo y debe superar en sus imperfecciones. Esto debe hacerse animando el ambiente con cariño, comedimiento y silencio; con palabras suaves y presencia amorosa. Haz que tu presencia disponible sea sentida por el niño que busca y escóndete de aquel que ha encontrado.
10. Siempre trata al niño con los mejores modales y ofrece lo mejor que dispongas de tí.

2 comentarios:

  1. Muy buen decálogo. Gracias por compartirlo. Un saludo.

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  2. GRACIAS A TI POR ESTAR AHÍ Y HACÉRNOSLO SABER. UN ABRAZO!

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